Por Damian Rodriguez

La conferencia de prensa de Luis Enrique del pasado viernes confirmó lo que muchos pensábamos. Hay clases de jugadores que tienen que estar presentes siempre en esta clase de competencias, donde la jerarquía individual pasa a tener un valor preponderante y por lo general es la llave para abrir cualquier partido y superar a los rivales.
Con algunas sorpresas, otras apuestas y también ausencias que hicieron ruido, el entrenador del seleccionado español dio su lista de convocados y por lógica incluyó a Jordi Alba, futbolista del Barcelona con excelentes condiciones que en el último semestre ha tenido muchos cruces tanto con Xavi Hernández como con el presidente culé Joan Laporta.
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Los motivos de la mala relación que tiene el lateral izquierdo con el entrenador y el mandamás de la institución se desconocen. Lo que es de público conocimiento es que el vínculo está cada vez más desgastado y Jordi no vería con malos ojos poder continuar su camino en otra entidad.
Esta última temporada en el Barcelona no fue de las más sencillas para el futbolista, pero demostró que con sus 33 años todavía está vigente para afrontar la contienda mundialista. Ahora su cabeza ya está puesta en Qatar, donde aportará su experiencia para cumplir el sueño de todo el país, ser campeón del mundo.
Desde el año 2011 luce la camiseta roja y si se trata de conocimiento de esta clase de torneos, Jordi Alba es un jugador que no va a fallar. Su historial con la Selección es muy positivo. Supo coronarse en 2012 siendo campeón de Europa y este año puede cumplir el sueño de ganar la Copa del Mundo y ponerle un broche de oro a su exitosa carrera.

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