Por Fabián Rojas

Luis Rubiales, acorralado por todos lados y sin ningún apoyo explícito no solo dentro de la Real Federación Española de Fútbol, sino además fuera de ella en el deporte en general, ha decidido renunciar. En realidad, tras darle un beso no consentido a Jenni Hermoso 20 días atrás su historia estaba escrita, pero se ve que él era el único que no lo notaba. Ahora, sin Rubiales en la RFEF, ¿cómo sigue la vida institucional de la Federación?
Si nos guiamos por el estatuto de la RFEF, el artículo 31 indica que el presidente “será elegido cada cuatro años, coincidiendo con los años de Juegos Olímpicos de verano, se celebren éstos o no, mediante sufragio libre, directo, igual y secreto, por los miembros de la Asamblea General”. Es decir, ocurra lo que ocurra, en 2024 habrá elecciones en la Real Federación Española de Fútbol.
Pero el tema Luis Rubiales dispara otra situación: la Comisión Gestora, presidida por Pedro Rocha Junco, debe convocar “de manera inmediata a elecciones” y nombrar a un presidente “por tiempo igual al que restase por cumplir a los sustituidos”, es decir, hasta las verdaderas elecciones programadas en 2024. Por lo cual, habrá elecciones tanto este año como en el último cuatrimestre de 2024, puesto que el fútbol estará abocado a la participación en los Juegos Olímpicos de Paris en el mes de agosto.
El nuevo presidente de la Real Federación Española de Fútbol será elegido mediante la votación de 140 integrantes: 20 de ellos son natos y los 120 restantes electos. En esos 140 votos están incluidos: el presidente de la RFEF, los presidentes de las federaciones autonómicas, los representantes de clubes, los propios futbolistas, árbitros y entrenadores.

13/05/2025

12/05/2025

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