Luis Rubiales estaba cerrado. Y también estaba cercado. Es que no tenía escapatoria: ya absolutamente nadie le quería dentro de la Real Federación Española de Fútbol y tampoco desde otros organismos, como la UEFA o la FIFA. Sus actitudes y su terquedad a la hora de declarar le hicieron perder apoyo con el correr de los días luego de darle un beso no consentido a Jenni Hermoso tras la final del Mundial en Australia.
El caso Rubiales escaló a cuanto organismo uno imagine y fue tomado por todos los medios del mundo. Sus lamentables acciones, tanto la de tomarse los genitales en el palco oficial como la de superar los límites con Jenni Hermoso le valieron ser el punto de críticas de todo el mundo. La situación ya exedía al fútbol español: Luis Rubiales ya le daba mala imagen al mundo con su decisión de no dimitir.
Pero algo pasó. Hubo una llamada que recibió y en la cual (por fin) entendió que ya no había más que hacer. Fue del propio Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA, organismo del cual Luis Rubiales era vicepresidente hasta hace pocos días. En la comunicación, el ex directivo del fútbol español quedó contra las cuerdas (en realidad, ya lo estaba pero solo él no lo percibía). "O dimites o te ceso", le habría dicho Ceferin a Luis Rubiales, según publicó Marca. Historia acabada.
Cuentan además que Rubiales por dentro sabía que no seguiría en la RFEF, pero tenía la idea de continuar en la UEFA. No iba a ser el primer presidente cesado en su país con peso a nivel internacional. Pero ni así le querían.
Rubiales habló casi una hora ante el juez y se mantiene firme
El ahora ex presidente del fútbol español se mantuvo firme en cuanto a su postura, tras responder preguntas del juez, de la fiscalía y de la abogada representante de Jenni Hermoso: asegura que el beso fue consentido y que no hubo ni agresión sexual ni coacciones contra la jugadora de la selección de España. Recibió una prohibición de acercamiento y contacto para con Jenni Hermoso mientras el proceso continúe.
