Por Roberto Alonso

En un momento de profundo dolor y conmoción, el Estadi Olímpic Lluís Companys de Montjuïc se convirtió en un escenario de emotividad y respeto. Los aficionados del FC Barcelona, congregados para el partido contra el CA Osasuna, protagonizaron un aplauso enternecedor en memoria del doctor Carles Miñarro Garcia, cuyo fallecimiento repentino había sumido al club en el luto.
La noticia del fallecimiento del doctor Miñarro se propagó rápidamente por el estadio, generando una atmósfera de incredulidad y tristeza. La megafonía del estadio anunció la trágica noticia, confirmando la suspensión del partido y expresando el profundo pesar del club.
En lugar de silencio o incredulidad, los aficionados respondieron con un aplauso espontáneo y sentido. Un aplauso que resonó en todo el estadio, uniendo a miles de voces en un homenaje colectivo al doctor Miñarro. Un aplauso que trascendió el dolor y se convirtió en un símbolo de respeto y admiración.
El doctor Miñarro era un profesional muy querido y respetado dentro del FC Barcelona. Su dedicación y compromiso con la salud de los jugadores eran ampliamente reconocidos. El aplauso de los aficionados fue un reconocimiento a su labor y un homenaje a su memoria.
En ese momento de dolor, los aficionados del Barcelona mostraron su lado más humano y solidario. Dejaron a un lado la pasión por el fútbol y se unieron en un sentimiento común de tristeza y respeto. El aplauso fue un gesto de unidad que demostró que, más allá de la rivalidad deportiva, existe un sentimiento de comunidad y pertenencia.
El aplauso en Montjuïc será un recuerdo imborrable para todos los que lo presenciaron. Un momento de emotividad y respeto que quedará grabado en la memoria de los aficionados del Barcelona. Un homenaje sentido a un profesional que dedicó su vida al servicio del club.
El aplauso de los aficionados en Montjuïc es un gesto que honra la memoria del doctor Miñarro. Un reconocimiento a su profesionalidad, su dedicación y su humanidad. Un homenaje sentido a un hombre que dejó una huella imborrable en el FC Barcelona.
El aplauso en Montjuïc se convirtió en un símbolo de respeto y admiración. Un gesto que demostró que, más allá del fútbol, lo que realmente importa son las personas. Un homenaje a un hombre que será recordado por su profesionalidad, su dedicación y su humanidad.

13/05/2025

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