Por Renato Perez
El clásico sudamericano entre Argentina y Brasil siempre está cargado de historia y emoción, pero lo vivido ayer en el Estadio Monumental de Buenos Aires tuvo un toque especial, sobre todo por un hecho que se convirtió en viral en las gradas. A medida que Argentina le ganaba 4-1 a Brasil, en un partido que fue una auténtica fiesta para los hinchas albicelestes, la multitud comenzó a cantarle a Raphinha, jugador de Brasil y del Barcelona, con una dosis de ironía que desbordó las tribunas.
Cuando el reloj marcaba el minuto 43 del segundo tiempo, el Monumental vibraba con la victoria de Argentina, que dominaba por completo a su rival. El equipo de Lionel Scaloni, con una circulación de balón perfecta, hacía que Brasil pareciera un equipo perdido, sin respuestas ante el festival albiceleste. En medio de esa euforia colectiva, los hinchas argentinos comenzaron a entonar un cántico que rápidamente se apoderó de las gradas: "Poné a Raphinha, poné a Raphinha".
El cántico, lleno de ironía y burla, se convirtió en el himno no oficial de esa parte del partido. Los hinchas se tomaban venganza de las declaraciones previas del futbolista brasileño, quien había asegurado que le darían una paliza a Argentina y que él mismo marcaría un gol. La derrota de Brasil, combinada con el fuerte dominio argentino en el campo, hizo que este cántico tomara aún más fuerza y resonara en todo el estadio.
La presencia de Raphinha en el partido había sido anunciada por él mismo con una actitud desafiante. Sin embargo, la realidad en el Monumental fue completamente diferente. Argentina se imponía con claridad sobre Brasil, y el jugador del Barcelona, lejos de marcar su gol como había prometido, se vio envuelto en una situación incómoda en medio de la humillación de su equipo. El cántico argentino fue, sin duda, una forma de responder a las palabras previas de Raphinha, que fueron vistas como una provocación por los hinchas albicelestes.
El ambiente de tensión no terminó en las gradas. Ya en los últimos minutos del encuentro, cuando el árbitro pitó el final y Raphinha se dirigía hacia los vestuarios, la situación se caldeó aún más. Emiliano Martínez, arquero argentino, se acercó al brasileño y lo tocó intencionalmente de forma brusca, mientras que Leandro Paredes, en una actitud irónica, le tocó la cara a Raphinha como si se tratara de una especie de “caricia” burlona. Raphinha, claramente frustrado por el partido y la derrota, intentó reaccionar, pero rápidamente sus compañeros de equipo lo calmaron, evitando un posible conflicto mayor.
No fue una noche fácil para el jugador del Barcelona, quien pasó de ser protagonista de declaraciones altisonantes a convertirse en uno de los blancos principales de la burla argentina. Lejos de marcar la diferencia como había anticipado, Raphinha quedó marcado por la derrota de Brasil y la ironía de los hinchas argentinos, que encontraron en él un símbolo perfecto para su venganza.
Al final del encuentro, quedó claro que las palabras de Raphinha antes del partido habían jugado un papel importante en la animosidad del ambiente, y su fracaso en el campo fue intensamente aprovechado por los hinchas argentinos para cantar y reírse de él. La victoria histórica de Argentina no solo significó tres puntos en la tabla, sino también una clara revancha en el plano psicológico y emocional para un jugador que, al final, fue el objetivo principal de la ironía del Monumental.
19/04/2025
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