Por Renato Perez

El partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones entre el FC Barcelona y el Benfica estuvo marcado por la intensidad y algunas decisiones arbitrales muy controvertidas. Uno de los momentos clave del encuentro fue la expulsión de Pau Cubarsí, quien vio la tarjeta roja tras una falta cometida en el primer tiempo. Sin embargo, lo que parecía ser una noche de decisiones adversas para el Barça, terminó con un giro inesperado gracias a la intervención del VAR en los últimos minutos del partido.
Con el marcador 0-1 y el tiempo corriendo, el Benfica se acercaba cada vez más a la portería de Wojciech Szczęsny, buscando la victoria que le diera ventaja para la vuelta. Fue en los últimos minutos del encuentro cuando se produjo una jugada que pudo haber sido determinante. Andrea Belotti, delantero del Benfica, recibió un pase al área y, tras un intento de remate, fue derribado por el portero del Barcelona, Wojciech Szczęsny, quien no logró evitar el contacto. El árbitro sancionó inmediatamente la acción con un penalti a favor de los portugueses, lo que hizo temer lo peor para el Barça en los últimos minutos.
Sin embargo, la suerte cambió para el Barcelona gracias a la intervención del VAR. Tras revisar la jugada, los árbitros determinaron que la jugada previa al penalti había sido anulada por un fuera de juego de Andrea Belotti. Lo sorprendente de la situación fue que el delantero del Benfica estaba adelantado por una fracción mínima: "por una oreja y el hombro", como se destacó en las repeticiones.
Esta decisión fue increíblemente ajustada, pero el VAR se encargó de corregir lo que inicialmente parecía una jugada válida. El fuera de juego fue tan preciso que, incluso con una diferencia tan pequeña, el árbitro anuló la acción, evitando así el penalti y dándole una nueva vida al Barça en la recta final del partido.
En la primera mitad, Pau Cubarsí, defensor del Barcelona, recibió una tarjeta roja tras una falta cometida en el centro del campo. La jugada fue revisada por el árbitro, quien determinó que la acción merecía la expulsión. Aunque algunos aficionados del Barça se sintieron injustamente tratados, ya que la falta de Cubarsí no parecía tan grave como otras situaciones previas, el árbitro no dudó en sancionar al jugador con tarjeta roja. Este golpe fue duro para el Barcelona, que quedaba con 10 hombres en el campo y tenía que defender un empate a cero con uno menos en un terreno complicado.

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