Por Roberto Alonso
José Bordalás, entrenador del Getafe, ha vuelto a ser el centro de todas las miradas tras el empate a uno conseguido ante el Barcelona. Su equipo, fiel a su estilo de juego, ha conseguido neutralizar a uno de los favoritos al título y sumar un punto valioso. Sin embargo, como siempre, su táctica ha generado un intenso debate entre quienes alaban su efectividad y quienes critican su juego excesivamente defensivo y, en ocasiones, violento.
El estilo de juego de Bordalás es inconfundible: un equipo bien organizado defensivamente, que aprovecha al máximo las contras y que no duda en emplear la dureza como herramienta para frenar al rival. Esta forma de jugar le ha valido numerosas críticas, acusándole de practicar un fútbol antiestético y violento. Sin embargo, también tiene sus defensores, que destacan su eficacia y su capacidad para sacar el máximo partido a una plantilla con menos recursos que otros equipos.
Tras el último empate ante el Barcelona, las críticas y los elogios se han multiplicado. Los defensores de Bordalás destacan su capacidad para sacar puntos ante equipos superiores y su contribución a hacer de LaLiga una competición más igualada. Sin embargo, los detractores señalan que su juego es demasiado negativo y que perjudica la calidad del espectáculo.
El éxito de Bordalás se basa en varios factores:
Los detractores de Bordalás argumentan que su juego es demasiado negativo y que perjudica el espectáculo. Además, señalan que su equipo comete muchas faltas y que sus jugadores suelen ver muchas tarjetas amarillas, lo que genera un juego más brusco y violento.
Otro de los puntos que se critican de Bordalás es su falta de ambición. Sus equipos suelen conformarse con empatar y no buscan el triunfo de manera clara. Esta actitud, según sus detractores, perjudica el crecimiento del fútbol español.
El debate sobre el estilo de juego de Bordalás es complejo y no tiene una solución fácil. Por un lado, está el derecho de cada entrenador a elegir la forma de jugar que considere más adecuada. Por otro lado, está el interés de los aficionados por ver un fútbol atractivo y vistoso.
Lo cierto es que el fútbol es un deporte muy diverso y que existen diferentes formas de entenderlo. No hay una única manera de jugar al fútbol y cada entrenador tiene su propia filosofía. Lo importante es que todos los equipos compitan de manera leal y respeten las normas del juego.
Bordalás es un entrenador que despierta pasiones encontradas. Su estilo de juego, pragmático y efectivo, le ha valido tanto elogios como críticas. Lo que está claro es que el técnico alicantino ha conseguido construir un equipo competitivo y que siempre es difícil de batir. Sin embargo, la pregunta que queda en el aire es si este estilo de juego es el más adecuado para el fútbol español.
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