Por Ramiro Diaz
La dura caída por 3-0 ante el Arsenal en la ida de los cuartos de final de la UEFA Champions League encendió todas las alarmas en el Real Madrid. El equipo no solo mostró una versión muy pobre en el Emirates Stadium, sino que dejó una imagen preocupante a nivel colectivo, especialmente en la actitud y el compromiso. Como era de esperarse, todos los focos apuntaron a Carlo Ancelotti.
Sin embargo, según trascendió desde la cúpula dirigencial, Florentino Pérez no tiene pensado destituir al entrenador por ahora. A pesar del descontento generalizado entre los aficionados y los cuestionamientos crecientes en redes sociales, el presidente blanco decidió mantener la calma y esperar a lo que ocurra en la vuelta en el Santiago Bernabéu.
Ancelotti, por su parte, fue claro en la conferencia de prensa posterior al partido: "No estoy cansado''. El técnico italiano, que fue respaldado públicamente por la dirigencia en varias oportunidades, volvió a mostrarse convencido de que el equipo puede dar vuelta la serie en casa, apelando a la historia y a la mística del club en este tipo de citas.
Pese a la postura actual de la directiva, una eliminación en cuartos de final podría cambiar drásticamente el escenario. El Real Madrid tiene como principal objetivo conquistar la Champions League y volver a lo más alto del fútbol europeo. Si no lo logra, las críticas hacia el cuerpo técnico y algunas decisiones tácticas podrían pesar más de la cuenta.
Además, el funcionamiento del equipo no viene siendo del todo convincente a lo largo de la temporada. Si bien lidera La Liga con cierta comodidad, el nivel de juego ha sido irregular y en los partidos clave de Champions ha dejado dudas. El problema es que muchos sienten que Ancelotti insiste con nombres que ya no están en su mejor momento, como Luka Modric o David Alaba.
Por el momento, el mensaje que baja desde los despachos del Bernabéu es claro: la continuidad de Ancelotti no está en discusión... aún. Pero si el equipo no muestra otra cara en la revancha y vuelve a ser superado, la situación podría tornarse insostenible, y ahí sí Florentino se vería obligado a tomar decisiones más drásticas.
La vuelta se jugará en Madrid y será la gran prueba de fuego. Ancelotti lo sabe. El Real Madrid necesita una remontada histórica para seguir soñando. Y el entrenador también se juega su futuro en ese partido. Porque en este club, no hay paciencia cuando se trata de fracasos europeos.
Todo dependerá de lo que ocurra en la revancha. Si el Madrid consigue dar el golpe y avanzar a semifinales, Ancelotti saldrá fortalecido. Pero si vuelve a caer y queda eliminado, la continuidad del técnico italiano quedará seriamente en duda, más allá de su contrato vigente hasta 2026. Florentino Pérez ya lo está evaluando.
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