Por Tomás Valle

En el Estadio Municipal de Montilivi, el Atlético de Madrid pisó fuerte y venció a Girona por 1-0 en el marco de la jornada 25 de LaLiga. El combinado de la capital española fue mucho más que su rival en el desarrollo del partido, pero fue recién en tiempo de descuento cuando consiguió el único gol del trámite.
Lejos en LaLiga, a 20 puntos del Barcelona para ser precisos, los dirigidos por el Cholo Simeone ya no tenían expectativas por el título, pero sí necesitaban sumar para asegurar una nueva presencia en la próxima Champions League, mientras que los locales aspiraban a escalar hacia otros torneos internacionales.
Durante la primera parte, el Atlético de Madrid se perdió un par de goles en los pies de Memphis Depay quien no estuvo fino a la hora de definir. Por eso, los del Cívitas Metropolitano sufrieron más de la cuenta porque el partido, si bien era controlado por ellos, podía tener un cambio ante cualquier distracción.
Sin embargo, sobre el final se iba a ver lo mejor del duelo que protagonizaron ambos, pero como actores de reparto, ya que el premio al actor principal se lo terminó llevando el VAR. Ya en tiempo de descuento, el Atlético era dueño de un tiro de esquina. Tras el lanzamiento, Ángel Correa la desvió dentro del área hacia el arco y la empujó Álvaro Morata en la línea, pero hubo una gran interrupción.
Cuando Morata la metió dentro del arco, el juez de línea levantó la bandera y cobró offside. Sin embargo, el VAR pidió tiempo para revisar la jugada detalladamente. Lo primero que pidió el Cholo fue "tranquilidad". Cuando el árbitro no daba respuestas sobre la decisión, el argentino le gritó “es gol”. Luego el juez confirmó el gol finalmente y el Cholo explotó de alegría, pero también dando órdenes a sus dirigidos para que no se desordenaran tras el saque del medio.

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