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Ricardo Carvalho, la historia de uno de los revolucionarios de Portugal

El portugués fue uno de los referentes del Real Madrid en una etapa gloriosa del club.

Por Tomás Valle

El portugués fue uno de los referentes del Real Madrid en una etapa gloriosa del club.
El portugués fue uno de los referentes del Real Madrid en una etapa gloriosa del club.
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Ricardo Alberto Silveira de Carvalho, más conocido en el mundo del fútbol como Ricardo Carvalho, fue un exjugador que marcó época en la escuela de grandes marcadores centrales portugueses de las dos primeras décadas del siglo XXI. Su figura se asentó en Europa de la mano de José Mourinho, quien fue capaz de explotar sus cualidades hasta en tres clubes de tres países distintos: Porto, Chelsea y Real Madrid.

Después de una aparición lenta en el Porto, donde encadenó dos préstamos antes de formar parte del primer equipo, su salto al estrellato se produjo definitivamente en la temporada 2003/2004. Aquel año, Carvalho disputó todos los minutos sin excepción en la histórica Champions League que conquistaron los ‘dragones’, la segunda y última en sus vitrinas. Por ende, la figura defensiva de este equipo pasó a convertirse en uno de los centrales más cotizados de principios de siglo.

Este éxito para el fútbol luso puso en valor el potencial de los clubes del país, pero también la figura de un emergente José Mourinho, quien firmó aquí su primera gran hazaña. Tan exitosa fue la combinación Mou-Carvalho que el magnate Roman Abramovich reclutó a ambos ese mismo verano para encabezar una era en el Chelsea.

La apuesta por el central rondó los 30 millones de euros, aunque el desembolso sirvió para emprender la etapa más exitosa para los ‘blues’. En nueve títulos participó Carvalho en sus seis años en Londres, con el gran lunar de la ‘orejona’ que le dio la espalda en la final del 2008 ante el Manchester United.

Los caminos de los dos referentes del fútbol portugués coincidieron una tercera vez, que terminó siendo la definitiva. De la mano de Florentino Pérez, Carvalho y Mourinho aterrizaron en el Santiago Bernabéu en 2010 para ser piezas fundamentales en el ambicioso proyecto que hiciera frente al esplendor del FC Barcelona de Pep Guardiola. Una apuesta que inició una etapa más conocida por la crecida tensión entre los dos gigantes del fútbol español que por los éxitos obtenidos por los madridistas.

En sus tres años como merengue, Ricardo Carvalho coronó una Copa del Rey, una Liga y una Supercopa. Estos éxitos vivieron en primer plano la pérdida de peso del zaguero sobre el campo. Tras un primer curso con la figura indiscutible de Carvalho en un 'once' en el que hacía pareja con Sergio Ramos, el luso fue progresivamente dejando paso a la aparición de un jovencísimo Raphael Varane que cumplió con creces desde sus primeras participaciones.

Su salida acabó haciéndose efectiva en el verano de 2013 sin grandes alardes y con una investigación judicial que a la postre acabaría mutando en condena por fraude fiscal. Como no podía ser de otra forma, la marcha se dio al mismo tiempo que la de José Mourinho. No obstante, aquí fue cuando sus carreras tomaron caminos distintos de manera definitiva, al menos por el momento.

Tras el Real Madrid, ya con 35 años, Ricardo Carvalho recogió más fuerzas para continuar en la élite. Primero encontró acomodo en un AS Mónaco con el que siguió ligado a la Champions League, paso previo a su última aventura antes de colgar las botas: el Shanghai Port chino.

En este tiempo, sin embargo, llegó el broche que pondría el mejor de los finales a su trayectoria como futbolista. Su mayor alegría a nivel internacional le llegó nada más cumplir los 38, al formar parte del combinado de Portugal campeón de Europa en 2016. En cuanto a su aporte, lejos de ser residual, jugó un papel importantísimo en una fase de grupos en la que acumuló la totalidad de los minutos.

José Mourinho creó escuela en Portugal, que sondeó la búsqueda de un sustituto de su talla en los banquillos durante años. En este sentido, ilusionó en su momento la llegada de un joven André Villas-Boas que guio desde el banquillo al Oporto campeón de la Europa League en 2011 antes de emular salto al Chelsea. Es ahora Ricardo Carvalho quien busca seguir los pasos de su maestro y es, desde 2019, la mano derecha de Villas-Boas en su primera etapa en los banquillos.

El Olympique de Marsella ha acogido la primera aventura del exfutbolista como segundo entrenador. Después de año y medio, su estancia en el club concluyó este mes de febrero. El motivo, un controvertido fichaje que colmó la paciencia de su superior en el cuerpo técnico y que desencadenó una sonada dimisión en Francia. El staff, al completo, busca enrolarse ahora en un nuevo proyecto.


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