Por Tomás Valle

El extremo de la Selección de Fútbol de Brasil, Vinicius Jr, mostró de nuevo en el duelo contra Osasuna sus dos caras: la primera, la de un futbolista desequilibrante que atraviesa un gran momento de forma y que supone un quebradero de cabeza para cualquier defensa y, la segunda, la del jugador provocador que se enreda en disputas inútiles con rivales y colegiados y se va de los partidos.
Ante Osasuna volvió a ser protagonista para lo bueno y también para lo malo. Marcó el 1-0 (sin querer, eso sí) y fue el atacante del Real Madrid más peligroso, pero de nuevo se enredó en batallas inútiles con rivales y también con los árbitros hasta el punto que sus propios compañeros (tal y como hace Ancelotti en casi cada partido) le insistieron en que se dedicara a jugar. Estos son los cuatro pecados que cometió Vinicius contra Osasuna y que explican en parte por qué el Madrid sufrió el primer tropiezo de la temporada.
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El primero es enredarse con el árbitro. En la primera parte, Vinicius protestó varias acciones en las que fue obstaculizado sin balón de por medio por los rivales (especialmente por Nacho Vidal) pero Cuadra Fernández no señaló nada. El enfado del brasileño fue a más hasta el punto que, momentos antes de su gol, le espetó al colegiado desde la distancia: "Eres malísimo". En el campo el colegiado no se dio por enterado y en el acta no reflejó nada.
El segundo de los pecados es sacar de quicio a propios y extraños. Los líos de Vinicius no solo le descentran a él sino que también sacan de quicio a sus compañeros y también a Ancelotti, que partido tras partido le pide que se olvide de la grada y de los rivales y se dedique a jugar. Contra Osasuna, el que tomó la palabra fue Benzema, el capitán y protector del brasileño. En un momento, Vini fue a protestar a Cuadra Fernández y el francés le paró los pies. "¡A jugar, a jugar", le apremió Benzema mientras le alejaba del árbitro.
El tercero es vivir cruzándose con los rivales. De nuevo se las tuvo tiesas Vinicius con los rivales, con discusiones y roces constantes y mostrando una actitud chulesca. En uno de los momentos clave del partido, cuando David García vio la roja directa por su penalti a Benzema, el brasileño le hizo claramente el gesto de adiós.
Y el cuarto fue celebrar antes de tiempo. Las redes sociales no pasaron por alto tampoco que, justo antes del lanzamiento de penalti de Benzema, Vinicius estaba con los brazos en alto dando por hecho que el francés no iba a errar la pena máxima, algo que finalmente sucedió y que supuso el primer tropiezo del Madrid esta temporada.
Del evidente proceso de neymarización que ha vivido debería quedarse con lo mejor de su capitán en la selección brasileña. Imparable en el uno contra uno y comprometido con el gol. Es, junto a Lewandowski, el crack de LaLiga. Sin discusión. Todo lo demás es aderezo innecesario que chirría en una entidad como el Real Madrid y en la que compañeros como Karim Benzema o Modric son aplaudidos y admirados en todos los campos por lo que hacen y cómo lo hacen. Próxima estación: caer bien a todo el mundo.

12/05/2025

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