Por Tomás Valle
A poco tiempo de que el prestamos de Gareth Bale al Tottenham llegue a su fin, el técnico del equipo José Mourinho dio una sentencia de muerte a su futbolista por la cual su permanencia en el equipo inglés está prácticamente descatarda y volvería al Real Madrid.
El galés había pasado de colgado a indiscutible entre mediados de febrero y principios de marzo. Seis goles y tres asistencias en seis partidos desataron los elogios de José Mourinho que había explicado que "No hay ni un solo entrenador en el mundo que no pondría a jugar a Bale si está en condiciones, pero es que ahora, encima, está mejor que nunca. Estoy muy feliz por él".
Pero todo parece haber cambiado nuevamente y para el técnico ahora las cosas son diferentes, Bale habría sido el principal apuntado por el entrenador como responsable por la derrota contra el Arsenal (2-1) -Mou le retiró en el 57'- y la 'tragedia' de Zagreb: entró al campo en el 60' y no pudo evitar la derrota con el Dinamo (3-0) ni la eliminación en cuartos de la Europa League pese al 2-0 de la ida.
El pasado fin de semana Bale fue suplente y no jugó ni un minuto en la victoria de su equipo y Moruinho declaró que "Buscaba una reacción. Veníamos de dos malas actuaciones y de dos malos resultados y necesitábamos un cambio. Necesitábamos positivismo, mentes frescas y contar con dos chicos de 16 años en el banquillo servía para demostrar al resto que aquí hay futuro", aseguró Mourinho refiriéndose a Alfie Dvine y Dane Scarlett. De esta manera, los caminos de Bale y Real Madrid vuolverían a cruzarse.
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