La Liga

La impresionante transformación de Antoine Griezmann en Barcelona

El futbolista francés pasó de ser un descarte a uno de los jugadores mas importantes para Ronald Koeman.

Por Tomás Valle

El futbolista francés pasó de ser un descarte a uno de los jugadores mas importantes para Ronald Koeman.
El futbolista francés pasó de ser un descarte a uno de los jugadores mas importantes para Ronald Koeman.
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Como si fuera un volcán en erupción, Antoine Griezmann se ha destapado justo cuando el equipo requería de su mejor versión. La constancia y su actitud siempre positiva son factores que lo han mantenido en carrera en los momentos más difíciles de su carrera. El cambio de sistema de Ronald Koeman también le pasó factura, pero el francés continuó remando hasta que asomó la cabeza en la segunda parte del clásico con el Real Madrid y, desde entonces, su explosión ha sido imparable.

Griezmann anotó en la final de Copa frente al Athletic, ayudó en el marcador del triunfo frente al Getafe y firmó un doblete clave en el Villarreal para mantener viva la increíble remontada en La Liga. Esta temporada ya ha marcado 18 goles y ha repartido 11 asistencias con el Barcelona, pero por sobre todas las cosas se destaca el buen funcionamiento que está mostrando colectivamente.

El delantero de la Selección de Francia se ha puesto en modo fiera. En la Cerámica marcó dos goles y cada vez que tocaba el balón daba la impresión de que podía acabar dentro de la portería. Una forma que recuerda a cómo acabó la, probablemente, mejor temporada de su carrera: la 2017-18. En la que fue determinante para que el Atlético ganara la Europa League y Francia se llevara el Mundial de Rusia.

Con el conjunto Rojiblanco marcó tres tantos vitales, uno en la semifinal frente al Arsenal y un doblete en la final frente al Olympique de Marsella. En el Mundial, Griezmann lideró a Francia con cuatro goles en la fase final, incluido el penal en el partido decisivo frente a Croacia con empate a un tanto en el marcador. Dejando en claro que cuando está encendido, difícilmente falla.

Ahora, en el Barça tiene la misión de jugar de 9 centro y ello significa un trabajo poco grato. En Villarreal únicamente dio 22 pases, a diferencia por ejemplo de los 48 de Messi, 52 de De Jong o los 65 de Busquets. Participa poco con la pelota, pero hace un trabajo descomunal estirando a la defensa rival y ganando la espalda de los centrales. Si a ello añade efectividad, como en La Cerámica, el Culé tiene en frente a un refuerzo de nivel mundial.

Griezmann sabe interpretar mejor la posición de delantero centro que Ousmane Dembélé. Su joven compatriota fue un factor sorpresa valioso, especialmente como revulsivo tras perder frente al PSG y superar el pulso tanto liguero como de Copa frente al Sevilla, pero los rivales dieron con la tecla para frenarlo.

El clásico fue un punto de inflexión y la manera con que el equipo cerró el partido, más allá de la derrota, convenció a Ronald Koeman para decantarse por Antoine como referencia de ataque más avanzada, dejando por detrás a Martín Braithwaite y el propio Dembélé. Un gran mérito por parte del francés.

Para realizar estas funciones en el campo, Griezmann debe realizar un desgaste tremendo. Para resistir y recuperarse bien, el futbolista cuenta con un preparador físico personal y un chef. Ambos trabajan con él desde su etapa en el Atlético Madrid. Son su staff y amigos que se han trasladado también a vivir en Barcelona.

Griezamnn se prepara con la mentalidad de que deberá soportar aproximadamente 70 partidos por temporada. En la actual ya lleva disputados 56 encuentros oficiales, 45 con el Blaugrana y 11 con Francia. Todavía le restan las seis últimas fechas con el Barca y todos los de su selección. Por lo que, estará muy cerca de la cifra de los 70 pensados anteriormente. Una cantidad de minutos y encuentros que le obligan a cuidar al máximo su preparación.

Griezmann es puro positivismo y contagia su estado de ánimo con las músicas movidas que escucha en el vestuario. En las entradas en calor en el Camp Nou suenan melodías francesas poco comunes en las radiofórmulas españolas, pero que se han instalado en la caseta barcelonista.

Las ganas de hacer migas son un denominador común en su carrera. Griezmann es un constante agitador de buen feeling en la selección francesa campeona del mundo y en todos los equipos en que ha militado ha mantenido el mismo espíritu, como por ejemplo en el Colchonero, donde fue uno de los líderes positivos del plantel.

El francés está concentrado ahora en las seis finales que le quedan con el Barcelona, con una gran aspiración, como es ganar su primera Liga como profesional. Fue campeón de Segunda División con la Real Sociedad para ascender a Primera y desde que está en la categoría de oro le ha quedado la espina clavada de no haber podido competir por La Liga.

Su llegada al Atlético de Madrid fue la temporada siguiente a la obtención del título liguero con el recordado gol de Diego Godín en el Camp Nou. De momento, Griezmann sumó su primer título como Culé con la Copa del Rey. Una barrera superada, con lo que espera empezar a batir todas sus limitaciones personales.


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