Jugó en la calle y Florentino le regaló una casa, tras dejar el Madrid es decorador

No hay en la historia del fútbol muchos jugadores que hayan integrado algún equipo que pertenezca a la élite mundial y que tras su retiro hayan iniciado una carrera vinculada con el arte. Raúl Bravo es uno de esos pocos que tiene el privilegio de conjugar el deporte con una expresión artística vinculada a la decoración.

Raúl Bravo tuvo una infancia complicada y se crió jugando en la calle al fútbol pero la vida le cambió por completo cuando dio el pase y llegó al Real Madrid con 15 años. Integró parte del equipo de Los Galácticos y Florentino Pérez tuvo el gesto de regalarle una casa como adelanto que luego le fue descontando del sueldo.

Una vez retirado del fútbol profesional, Raúl Bravo se dedica a decorar interiores de casas. Si bien puede vivir por lo que cosechó en su carrera, el ex defensor de Real Madrid prefiere seguir en actividad y lo hace disfrutando de una actividad que siempre le llamó la atención mientras desarrollaba su carrera.

Su mejor compañero

Raúl Bravo tuvo el privilegio de compartir equipo con varias figuras en Real Madrid. Era suplente de Roberto Carlos, jugó con Luis Figo, Zinedine Zidane o Ronaldo pero confesó en una entrevista con Relevo que el mejor compañero de todos con los que compartió vestuario fue el inglés Steve Mcmannaman.