Jugó en el Barza, pero fue un fracaso, Guardiola llora

A finales de 2009, Shakhtar Donetsk logró ganar la UEFA Europa League al imponerse al Werder Bremen alemán en el mítico estadio olímpico Ataturk logrando el primer titulo a nivel europeo para un club ucraniano. Dentro de aquel plantel se encontraba Dmitro Chigrinskiy, que sin hacer mucho ruido fue uno de los pilares de aquella campaña que terminó de poder en alza su carrera.

La importancia de dicho campeonato llamó la atención del Barcelona que, con Pep Guardiola a la cabeza, vio en el central ucraniano una promesa para la zaga defensiva. Sin dudarlo, lo fichó por el monto de 25 millones de euros, siendo la venta más cara en su momento del fútbol de aquel país.

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Lejos de imitar lo que había logrado con el Shakhtar, su rendimiento terminó por dejar más dudas que dentro de a hinchada blaugrana y del cuerpo técnico que lo veían como una apuesta de cara a las próximas temporadas, teniendo poca acción en su única temporada vistiendo los colores del Barza. Sus pocas actuaciones no terminaron por convencer al club que lo terminó por devolver a su anterior equipo.

Tan solo un año después de su llegada al Camp Nou, regresó a Ucrania por 15 millones, en busca de recuperar su nivel que lo había catapultado hasta uno de los mejores equipos del mundo doce meses antes. Con los culés jugo poco y no pudo ganarse el cariño de los hinchas quienes ya casi no lo recuerdan.

Una carrera que fue cuesta abajo

Buscando dar vuelta la página y tratando de olvidar su paso por el elenco catalán, su regreso al fútbol ucraniano no fue el esperado y su progreso como futbolista se fue apagando hasta hoy en día, en donde juega para el Ionikós de Grecia.