Por Tomás Valle

Otra vez el Barcelona volvió a recibir un duro golpe. Después de la decepción que se llevaron todos los fanáticos culés por la eliminación en los 16avos de final de la Europa League frente al Manchester United, nuevamente el Blaugrana sumó otro desencanto. Esta derrota mostró que repercutió mucho en el ánimo de los jugadores.
A lo largo del encuentro, Xavi Hernández intentó entender qué era lo que le pasaba a sus jugadores. El español les daba indicaciones, pero no encontraba respuestas. Por eso, se lo vio al estratega totalmente desbaratado en el banco de suplentes. Sus caras de desentimiento lo decían todo, sobre todo en el segundo tiempo.
La corta plantilla que tiene el Barcelona dejó resquebrajamientos en la relación de Xavi con sus jugadores. El entrenador modificó varias piezas para que puedan descansar las piernas los que más habían jugado en Old Trafford, especialmente en la defensa. Más allá de eso, el Barcelona presentó un equipo casi titular.
Xavi dejó en el banco a Koundé y a Balde, dos defensores que hasta ahora han jugado muy bien a lo largo de la temporada. Luego en la segunda parte metió a Ronald Araújo, el mejor central de la campaña, pero volvió a ponerlo como lateral derecho. El entrenador no tuvo muchas variantes en ataque para que cambiaran la situación.
Lo más sorpresivo del encuentro fueron las gesticulaciones que hizo Xavi en el banquillo. Al entrenador se lo vio pidiendo mucho aliento y actitud a sus futbolistas, la cual no llegó por parte de ellos. También hubo varias caras de lamento, como intentando buscar alguna respuesta a lo que se estaba viendo en el estadio del Almería.

13/05/2025

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