Por Damian Rodriguez

El derbi madrileño entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid no solo estuvo marcado por la intensidad en el campo, sino también por la polémica arbitral que influyó en el desarrollo y resultado del encuentro.
Desde el principio, los blancos enfrentaron dificultades en el terreno de juego y la actuación arbitral pareció agravar su situación. Se anuló un gol legal a Camavinga y se perdonó una tarjeta roja a Giménez, lo que dejó a muchos cuestionando la imparcialidad del árbitro. Decisiones controvertidas, incluyendo un posible penalti no señalado a favor del Real Madrid, dejaron una sensación de frustración en los jugadores y aficionados del equipo merengue.
A lo largo del partido, Alberola Rojas fue objeto de críticas por su gestión y se le acusó de mostrar parcialidad hacia el Atlético de Madrid. Estas controversias arbitrales han resaltado las tensiones en el fútbol español y han reavivado la discusión sobre la imparcialidad de los árbitros en LaLiga.
En última instancia, la polémica arbitral no debe eclipsar la habilidad del Atlético de Madrid para asegurar una victoria merecida. Sin embargo, las decisiones discutibles en el campo han planteado interrogantes sobre la integridad y la transparencia en el fútbol, recordando a los equipos que tendrán que seguir luchando en un entorno competitivo complejo.
En el segundo tiempo, una jugada que involucró a Bellingham y Correa se convirtió en el foco de atención. Bellingham llegó tarde a disputar un balón y entró bruscamente a Correa, generando un debate sobre si la entrada merecía una tarjeta roja. A pesar de la dureza de la entrada, el árbitro Alberola Rojas optó por mostrarle una tarjeta amarilla al jugador del Real Madrid, una decisión que desató discusiones acaloradas en el terreno de juego.

13/05/2025

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