Llegó al Real Madrid en el invierno de 2005 con un Florentino Pérez que acababa de ser reelecto y necesitaba terminar de colmar a un equipo lleno de figuras como Zinedine Zidane, Ronaldo, Beckham, Roberto Carlos, Casillas. Este mediocampista arribó a la Casablanca como una de las grandes promesas del fútbol europeo, ya que venía luciéndose de gran manera en la selección danesa.
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Esta es la historia de Thomas Gravesen, un volante que quedará grabado en la memoria de los fanáticos Merengues por su particular manera de regatear conocida como "Gravesinha", en honor a su apellido. El nacido en la ciudad de Vejle formó parte de la plantilla Blanca durante un año y medio, aunque allí no pudo sumar títulos.
Tras su paso por el Real Madrid (se terminó marchando tras una pelea con Robinho), Thomas Gravesen pasó al Celtic, luego al Everton y finalmente retornó al conjunto escocés para terminar con su carrera a sus jóvenes 32 años. El danés no encontró un club de elite que lo tentara, colgó las botas y rápidamente comenzó a dedicarse al mundo empresarial, en donde logró hacerse de 110 millones de dólares. Sin embargo, el ex futbolista tuvo un grave problema que casi lo lleva a la quiebra.
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El conflicto de Gravesen
Tras ganar una fortuna, Thomas Gravesen decidió residir en la ciudad de Las Vegas, en la exclusiva urbanización de Canyon Fairways. Allí, el ex hombre del Real Madrid se convirtió en noticia luego de que se diera a conocer su adicción al casino, en donde despilfarró una gran cantidad de dinero durante días. Sin embargo, Gravesen pudo reponerse y hoy se dedica exclusivamente a sus proyectos.
