Un futuro prometedor y complicado a la vez, Kylian Mbappé podría ser incompatible en un equipo lleno de estrellas

Juguemos a un juego de hipótesis. Kylian Mbappé, dependiendo de en quién creas y de cuánto te suscribas a la confiabilidad de la prensa española, probablemente será jugador del Real Madrid el próximo año. Su mudanza al Santiago Bernabéu pondrá fin a tres años de tormento y especulación, y uno de los mejores del mundo finalmente conseguirá el movimiento de sus sueños.

Quizás también convenga a todas las partes. El Paris Saint-Germain no estará precisamente eufórico por perder a lo que quizás sea su mejor jugador de todos los tiempos, pero los campeones franceses están construyendo un nuevo equipo centrado en el éxito a largo plazo, un equipo que parece cada vez más un equipo armado para prosperar en un mundo post-Mbappé.

Madrid, mientras tanto, consigue su ballena blanca. Mbappé, como se sabe desde hace algún tiempo, es un madridista de la infancia que idolatraba a Cristiano Ronaldo, y ha hecho poco para ocultar su deseo de un futuro traslado a la capital española.

Pero en algún momento la fantasía termina y comienza la realidad. La verdad es que el Madrid ya está preparado en lo que respecta a su línea delantera, y encontrar el mejor papel para Mbappé dentro del ecosistema actual es un problema que Carlo Ancelotti tendrá que resolver. Tener a Mbappé nunca es algo malo, pero ensamblarlo todo y al mismo tiempo garantizar que el actual favorito del Balón de Oro, Jude Bellingham, no se vea afectado negativamente no será fácil.

Un equipo lleno de experiencia

No es tan sencillo incluir a Mbappé en un equipo y esperar que él y otros prosperen. De hecho, la historia reciente ha demostrado que no es una muy buena idea. El tridente Lionel Messi-Neymar-Mbappé parecía ser el próximo gran trío de ataque europeo en París; en cambio, fue un desastre. Los tres nunca encajaron realmente en el ataque, y una mezcla de lesiones, egos y deficiencias defensivas hicieron que uno de los equipos más talentosos de Europa se convirtiera en el remate de la Liga de Campeones.