No confiaban en él y fue muy resistido, pero hoy se volvió irremplazable

Durante esta temporada, el plantel comandado por Carlo Ancelotti debió afrontar algunos momentos difíciles como la partida de piezas importantes del equipo, sobre todo en lo que respecta a la zona defensiva. En ese sector de la cancha, dos nombres claves como Sergio Ramos y Raphael Varane salieron del equipo y hubo que realizar ajustes.

En ese contexto, uno de los futbolistas apuntados para reemplazar a las figuras de peso anteriormente nombradas fue el zaguero brasileño Éder Militão. Por su pase, la tesorería merengue debió invertir aproximadamente 50 millones de euros, con lo cuál las expectativas puestas en él fueron desde un principio muy elevadas.

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Tal es así que su llegada entusiasmó a todo el público merengue. Pero la gente del Madrid sabía que iba a requerir mucha paciencia para poder observar jugadores a la altura de los que se habían ido. Por eso, el período inicial se le hizo cuesta arriba a Militão, que tenía una demanda muy alta por parte de la gente y no pudo demostrar un nivel muy alto.

Sin embargo, la actualidad indica que el zaguero se sobrepuso a todas las dificultades. Sin llamar demasiado la atención y lejos de la prensa, comenzó a hacer que las ausencias rutilantes de Ramos y Varane de a poco pasaran desprevenidas. El defensor se dedicó a jugar, mejoró su performance y hoy en día es uno de los baluartes del Madrid.

Un juego aéreo letal

Éder Militão exprimió al máximo su mayor virtud, que es sin dudas cabecear. Su capacidad para saltar más alto que los rivales, su astucia para desmarcarse y su precisión para convertir los centros en gol hicieron que se transforme en un verdadero dolor de cabeza para los rivales, que en el último encuentro lo sufrieron cuando marcó el gol de la victoria ante Cádiz.