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La furia pública de Cristiano Ronaldo con Fernando Santos ¿Se va el entrenador de Portugal?

El equipo nacional portugués dejó ir un partido increíble ante Serbia, que consiguió su boleto al Mundial, y estalló la interna entre CR7 y el entrenador de Portugal. Una crisis que podría traer consecuencias.

Por Tomás Valle

El equipo nacional portugués dejó ir un partido increíble ante Serbia, que consiguió su boleto al Mundial, y estalló la interna entre CR7 y el entrenador de Portugal. Una crisis que podría traer consecuencias.
El equipo nacional portugués dejó ir un partido increíble ante Serbia, que consiguió su boleto al Mundial, y estalló la interna entre CR7 y el entrenador de Portugal. Una crisis que podría traer consecuencias.
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La Selección de Fútbol de Portugal tendrá que jugar la repesca para intentar lograr el boleto que lo deposite en el Mundial de Qatar 2022. La increíble derrota ante Serbia en la última jornada de la fase de clasificación, y en los últimos minutos del encuentro, le lleva directamente al representativo luso a un partido extra para poder estar en la cita mundialista.

 

Dos cuestiones se llevaron los portugueses como detonantes de una interna que llega en el peor momento del representativo portugués. Por un lado el hecho que los serbios le pudieran dar vuelta el encuentro que comenzaron ganando desde prácticamente el inicio mismo del encuentro. La otra cuestión es más seria aún y amenaza romper el vestuario.

 

No ha pasado desapercibido (y es imposible que lo pase) el gesto de Cristiano Ronaldo hacia el seleccionador portugués, Fernando Santos, al acabar el choque ante los serbios. El entrenador luso acudió hacia el centro del campo para darle la mano al capitán de su equipo  y CR7 comenzó a hacer gestos de desaprobación evidentes.

 

Cuando Santos se marchó siguieron los gestos de la estrella de Portugal, lo cual pone en cuestionamiento el rol de autoridad del entrenador ante todo el planeta fútbol. Para muchos es un gesto que podría catapultar al entrenador fuera del banquillo, pero no es algo que las autoridades portuguesas quieran alimentar.  


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