Real Madrid amenaza con irse sin jugar la final: ¡explota la tensión con la RFEF!

A horas de la gran final entre Real Madrid y FC Barcelona, el clima no podría ser más explosivo. Según informó El Chiringuito, el club blanco está barajando una decisión drástica: dar marcha atrás, abandonar Sevilla y no disputar el partido decisivo de la Copa del Rey 2025. La información fue revelada por Josep Pedrerol en exclusiva y sacudió por completo el mundo del fútbol español.

La razón de fondo es conocida: el profundo malestar de la dirigencia del Madrid con la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) por la designación arbitral. Desde el club consideran que no hay imparcialidad, y han solicitado sin éxito un cambio en la terna encargada de impartir justicia. La negativa de la Federación a revisar la decisión solo encendió aún más los ánimos.

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Pero la novedad es otra: ante la falta de respuesta y la creciente sensación de injusticia, Florentino Pérez y su entorno más cercano comenzaron a evaluar seriamente la posibilidad de retirarse de la final. Es una medida límite, un acto de protesta que llevaría la tensión a un nivel inédito.

La situación se agravó luego de que el árbitro De Burgos Bengoetxea —muy cuestionado por el entorno madridista— rompiera en llanto en una conferencia de prensa tras asegurar que su hijo fue hostigado en la escuela por las críticas que recibe en redes sociales. Un hecho sensible, sí, pero que no cambió la postura firme del club blanco.

El Real Madrid ya suspendió sus actividades institucionales previas al encuentro (rueda de prensa, entrenamiento abierto y cena oficial). Ahora, se asoma una posibilidad aún más drástica: no jugar. “Se ha barajado que la expedición vuelva a Madrid”, fue la frase que desató el terremoto.

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¿Se juega o no se juega?

A menos de 24 horas del Clásico por el título, el foco ya no está en el césped. Está en los despachos, en las decisiones políticas, en los nervios a flor de piel. Si el Real Madrid cumple con su amenaza, estaríamos ante un escándalo histórico. Todo el país —y buena parte del mundo— está en vilo. ¿Habrá final? ¿O la Copa del Rey 2025 quedará marcada por una protesta sin precedentes?